En la competición que se llevó a cabo en Pomona (California, USA) participaron 23 equipos de todo el mundo, el objetivo principal era demostrar lo que era capaz de hacer su robot, en forma humanoide y que debía completar una serie de tareas para alcanzar el gran premio.
El ganador de los 2 millones de dólares fue el equipo Surcoreano KAIST, de la ciudad Daejeon con el robot DRC-Hubo. El segundo premio de 1 millón de dólares, se lo llevó el equipo IMHC Robotics de Florida y el tercer premio de 500.000 dólares fue para el equipo Tartan Rescue de Pittsburgh.

Los robots tenían que realizar una serie de ocho pruebas, en tan solo una hora, entre las que debían: abrir una puerta, subir escaleras, girar una válvula, operar un taladro, andar por una superficie irregular o conducir un vehículo.
Estos premios, así como el apoyo de grandes empresas y Universidades hacen que el interés por la robótica aumente en todo el mundo. Lo que ahora vemos como complejos robots llenos de cables, lentos y torpes es el inicio de la revolución robótica, piensa en estos años como cuando un bebé empieza no a gatear, si no ser consciente que tiene articulaciones.