
Después de 16 años sin obtener la Copa Mundial Femenina de la FIFA, el equipo de Estados Unidos ganó la final, disputado en Canadá, con un partido histórico. Una media de 25.4 millones de telespectadores estadounidenses vieron en FOX la victoria de su selección por 5-2 ante Japón; esta cifra supone un nuevo récord absoluto en retransmisiones de partidos de fútbol por televisión en EE.UU.
De este modo, se bate el récord anterior establecido en EE.UU-Portugal de la Copa Mundial de la Fifa Brasil 2014, y también se supera la marca en fútbol femenino alcanzada en la final de la Copa Mundial Femenina de la Fifa de 1999. Además, esta cifra queda también por encima de las audiencias registradas en los partidos de la final de la NBA.
Dentro de terreno de juego la mayoría de las jugadoras parecen tomar en serio la recomendación del apóstol Pablo “si coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).
En las redes sociales y en las entrevistas, varias atletas expresaron su fe y gratitud a Dios. Pero dos de ellas se destacaron por sus declaraciones.
La centrocampista Tobin Heath aprovechó una jugada en la zona para hacer el quinto gol. Ella es una de las más fervorosas cristianas y declaró en una entrevista para la Beliefnet: ‘Yo jugué para glorificar a Jesús’.
Aunque la FIFA les ha prohibido a los cristianos atletas proclamar su fe en el campo, el Internet ha sido una herramienta proclamarlo. Heath fue dos veces medallista de oro olímpico y ahora es campeona del mundo. Sus cuentas en las redes sociales como Twitter e Instagram están llenas de versos y luego que gana es común escribir para ella: “Gracias Señor”.
El fútbol en los Estados Unidos es mucho más popular entre las mujeres que entre los hombres, así que la declaración de Heath tiene un gran impacto.
“Ser conocida o famosa no es lo que me motiva a trabajar duro. Quiero ser lo mejor que puedo ser para Jesús. Es por eso que juego. Juego para glorificarlo”.
Aclara: “Agradezco a Dios por todo. No sólo por los resultados mundanas en términos de ganar o perder”, dice ella afirmando que quiere ser un instrumento divino para mostrarle al mundo, “como él transformó mi vida y cómo me dio un propósito y significado, amor y satisfacción”.
Otra jugadora que le gusta hablar de su fe es Lauren Holiday, una de las estrellas de la selección campeona. Ella es bien conocida por su actuación en la Liga Femenina de Estados Unidos. También ganó dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos y fue parte del equipo que perdió en 2011. El año pasado fue elegida como la Atleta del Año de la Liga.
Ella explica que, obviamente, le gusta ganar, pero puede seguir a Jesús sin importar el resultado. Así como Heath, ella dice que fue bendecida con un propósito. “Dios me bendijo abundantemente con la posibilidad de jugar al fútbol. Cada vez que voy al campo, sé que a través de mis esfuerzos yo lo estoy glorificando. Él me dio esta etapa en el mundo para compartir su Evangelio, y eso es lo que espero hacer”. Fuente: Desafio on line