
Ante de rezar el Ángelus dominical, el Sumo Pontífice expresó que: «El continente latinoamericano tiene grandes potencialidades humanas y espirituales, conserva valores cristianos profundamente arraigados, pero vive también graves problemas sociales y económicos».
“Para contribuir a su solución, la Iglesia está comprometida en movilizar las fuerzas espirituales y morales de sus comunidades, colaborar con todos los componentes de la sociedad», aseguró Francisco.
«Agradezco a Dios con todo el corazón por todo esto y reitero mi agradecimiento a las autoridades de estos países por su acogida y su colaboración. Con gran afecto doy las gracias a mis hermanos obispos, a los sacerdotes, personas consagradas y toda la población por el calor con el que han participado», dijo.
El Papa dijo que durante su visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay invitó «a desarrollar la difusión de la Palabra de Dios con el fin de que la sobresaliente religiosidad de dichas poblaciones pueda ser siempre testimonio fiel del Evangelio.