
Desde la aparición del grupo yihadista Boko Haram e incluso mucho antes, ningún cristiano podía saber a ciencia cierta si volvería a su casa vivo si iba a la iglesia.
En su más reciente informe, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU afirma que «aproximadamente 42% de todos los ataques que se realizan, se hacen en contra de las comunidades cristianas de NIgeria.
El Reverendo «O» contó cómo había estado dirigiendo un servicio de la Santa Comunión cuando su iglesia fue atacada por musulmanes de la mezquita local.
«No me gusta contar esta historia porque me hace llorar», admitió, «los musulmanes habían dejado su mezquita y rodearon la iglesia donde comenzaron a herir a la gente con cuchillos»
«Tratamos de reunir a los niños y sacarlos u ocultarlos de ellos», dijo el reverendo. Su voz se quebró y él se quedó en silencio por un momento mientras una lágrima rodó por su mejilla. «Mi hija estaba entre ellos,» nos dijo.
Luego le preguntó a la congregación: «¿Quieren que termine el servicio para que puedan escapar?» Después de una pausa para quitarse las gafas y secarse los ojos llenos de lágrimas, el reverendo continuó: Ellos me dijeron: “Usted nos ha enseñado que por Jesús vale la pena morir. Esta puede ser nuestra última Santa Cena. Vamos a tomarla y luego moriremos».
La congregación del reverendo «O» no murió ese día, gracias a Dios. Sin embargo, muchas congregaciones de la iglesia en el norte y el centro de Nigeria no se han salvado.
Turbas islamistas han devastado iglesias enteras. Mientras que otros actos terroristas han cobrado la vida de decenas de cristianos que asisten a la iglesia – un fenómeno nuevo en el país más poblado de África. Fuente: Impacto Evangelistico