“Doy gracias a Dios por la vida de Juan Luis Guerra”

SOLD OUT!!! Meses antes del espectáculo ya las boletas se habían vendido. El pueblo hispano y aún el americano de Miami y ciudades aledañas saben que se hacen un regalo muy especial al participar en este inolvidable evento de hace pocas semanas. Esas horas con JLG son memorias de luz y refrescamiento que dejan huella en el corazón, la mente y el espíritu.

Así como esta memoria de su espectáculo en Miami AAA 2015 quedara, hay otras memorias que me remontan a los origines de mi vinculación primera con JLG. Al inicio de los 70´s, su hermano José Gilberto y yo estudiábamos medicina en la misma universidad, fue así como una tarde estando en la galería de su casa se presentó aquel bien crecido, sonriente, aunque algo tímido adolescente, con su guitarra al costado, “conoce mi hermanito menor” me dice, él está interesado en la música. Creo venia de recibir clases del Conservatorio Nacional situado a no mucha distancia de su hogar.

Nuestro segundo encuentro seria en 1985 ya él graduado de Berklee en 1982, con un diploma en composición de jazz, mientras yo ejercía como médico. Lo contratamos para un espectáculo y una cena benéfica organizada por la fundación que yo presidia, a beneficio de los afectados con problemas hereditarios y congénitos. Allí disfrutamos su primera producción Soplando (1984), con sabor a jazz y merengue.

Una carta de gracias por cortesía con su presentación no hubiera sido suficiente, era de honra expresarle en la carta, como mi corazón más que mi mente, presentía que un acontecimiento muy especial estaba pasando en la música de nuestro país, donde sus arreglos del merengue con tonos melódicos suaves, tocaba lo clásico y sublime de nuestra música. También le agregué, era mi pronóstico que se proyectaría internacionalmente. Luego ese año salió su producción discográfica titulada: “Mudanza y acarreo” (1985) y comenzó a obtener reconocimiento internacional. Una composición suya fue nominada para representar a la República Dominicana en el Festival OTI de la Canción.

Mi tercer encuentro fue en 1986, en nuestro vecindario, cuando el llegó del aeropuerto con el grupo que dio la bienvenida a mi ex vecina Maridalia Hernández, una de los miembros originales del grupo 440 luego de que ella ganara el Festival de Viña del Mar en Chile. En medio de aquella alegría pude brevemente compartir, saludarle y presentarle a mi hijo.

Mi cuarto encuentro esta vez no fue personal pero el impacto tan fuerte que me produjo su producción “Areito” (1992) me motivó a escribir en el renombrado periódico Listín Diario un artículo a un cuarto de página muy inspirado titulado: “Juan Luis Guerra: eres nuestro Premio Nobel”. Este título se desprendía del contenido poético de una de las canciones “un premio nobel le regalas a mi boca…” así un Premio Nobel era él para nuestro país y “un regalo que Dios nos ha dado, estímulo y orgullo, que no solo nos lleva a bailar sino también a reflexionar, a amar y sonar con elevar el nivel de nuestro pueblo”.

Nuestro país pasaba por una situación económica como no recuerdo haber presenciado antes. “Areito” “antepone los valores humanos por encima del sentido comercial, de denuncia social, de alto contenido poético, además de variedad temática y musical”. “La denuncia social en “El Costo de la Vida” y en “Si Saliera Petróleo” aludiendo a la inflación, corrupción y la precariedad en los servicios de salud y educación es una defensa a los más desvalidos”. Incluye también “Rompiendo Fuente, un canto a la paternidad responsable, a la defensa por la vida y al sentido de familia”.

En “Areito” “se desborda la poesía romántica de ese “Mal de Amor” mezclada con el colorido del campo y la naturaleza o ese amor que desea saber la intensidad, si “Frio-Frio” o caliente pero al cual le envía fielmente “Señales de Humo”; o un amor como en “Coronita de Flores” del cual se protege con una curita en las venas y una velita en el alma para no sufrir”. “Ese exquisito amor de sus composiciones va salpicado de erotismo y sensualidad como en “Cuando te Beso” que lo compara con el regalo de un Premio Nobel, o como desvestir ruiseñores, o como cuando se prenden las estrellas en la aurora”.

El quinto encuentro fue fortuito en el Mall Internacional en Miami, quizás el querría pasar desapercibido… pero es muy improbable que lo lograra dada la conjugación simultánea del recuerdo de la patria mezclado con mi desinhibición y la admiración que le tengo y además mi hija quería conocerle y saludarle. A pesar de haber pasado más de dos décadas aún note la timidez de la primera vez del adolescente aquel. A cierta distancia mi hija percibió estaba su amada esposa Nora.

En 1989 su álbum “Ojalá que llueva café”, se consolida aún más su proyección internacional pues junto a “Visa para un sueño” ambas identificaban el palpitar de América Latina. Sería un “pecado” presentarse en Miami y omitirlas. Es así, como una vez más en este concierto 2015 fueron cantadas a viva voz en unanimidad, no solo de labios sino del corazón, como un himno que representa a los emigrantes y también a los que quedaron en los países de origen.

Continuará…

Dra. Marisela Jaquez – Gutiérrez

Especial para El Globo News

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