El Globo
A través de la selva colombiana, migrantes venezolanos, junto a cubanos, haitianos y africanos, inician la ruta hacia los Estados Unidos, vía Centroamérica.
Cada día crece el número de venezolanos que salen del país huyendo de la crisis que se vive. En esta oportunidad el destino es Estados Unidos, sin importar los riesgos y los desafíos que esto representa.
El sur del continente hace rato dejó de ser atractivo para muchos. La pandemia y la precaria situación económica los ha conducido a ese cambio de ruta. Es por ello por lo que los venezolanos han emprendido una larga travesía.
En las trochas se ha incrementado el flujo de criollos que abandonan el país con lo poco que pueden llevar sobre sus hombros. El territorio colombiano se ha convertido en el paso obligado en su ruta al norte.
PELIGROSA SELVA COLOMBIANA
Sin medir las consecuencias los venezolanos también se aventuran a cruzar la peligrosa selva de Colombia, una zona donde no hay presencia de los cuerpos de seguridad del estado. Los migrantes buscan primeramente llegar a Panamá para continuar su camino por Centroamérica.
Familias enteras se “lanzan” en una aventura por una ruta desconocida, peligrosa e inhóspita. La selva colombiana encierra muchos peligros, pero el deseo de llegar a USA, vale ese riesgo para muchos venezolanos.
La selva del Darién es un bloque vegetal que se extiende ante ellos como una muralla casi impenetrable, sin vías de comunicación y donde conviven grupos irregulares que asaltan a los migrantes que arriesgan sus vidas para llegar a Panamá.
Un ejemplo de ello es el caso de la familia Gutiérrez, que fue asaltada selva adentro por estos delincuentes quienes los despojaron de sus pertenencias. El Globo News reseñó la información en su momento.
Luis Ernesto Durán, es un venezolano nativo del estado Yaracuy, que, junto a otros connacionales, se unió en Necoclí a un grupo de migrantes, entre cubanos, haitianos y africanos que intentan cruzar la selva colombiana.
“No todo el mundo llega allá y espero hacerlo con mis compañeros que están aquí. Llegar allá sanos y salvos, que Dios nos cuide en el camino y nos bendiga mucho”, afirmó Luis Ernesto a los medios de prensa.
Es un peligroso viaje el que tienen que realizar miles de migrantes, que son asechados por grupos criminales que operan en la zona y que, con frecuencia, los reclutan, de acuerdo con el relato de las autoridades colombianas.
Entes como ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, que trabajan en esta región, afirman que faltan estrategias de prevención para proteger e informar a quienes quieren hacer el tránsito hacia Centroamérica a través del Darién.
Ana Mendoza es otra migrante venezolana que tuvo que transitar kilómetros para llegar a Necoclí, punto de partida para cruzar la peligrosa selva. Habla de la fama de esta arriesgada travesía. “Da miedo. Lo que hemos escuchado es que han dejado niños ahí, que se encuentran los huesitos de unos niños”, indicó.
“El fenómeno migratorio con dirección a Estados Unidos todavía requiere mayor esfuerzo en su atención, en la prevención de situaciones de vulneración de derechos humanos. Es por esto, que todavía necesitamos seguir construyendo campañas más fuertes para la prevención y atención del fenómeno”, declaro César Mesa, portavoz de ACNUR en Antioquia.
CRECE NÚMERO DE MIGRANTES QUE CRUZA El TERRITORIO COLOMBIANO
Pero lejos de las campañas y las estrategias que se definen en el papel, la realidad muestra que cada día se incrementa el paso de migrantes decididos a encontrarse con su sueño de llegar a Estados Unidos.
Migración Colombia señala que en lo que va del año unos 49 mil migrantes entre hombres, mujeres, niños, familias enteras, provenientes de Haití, Cuba, Venezuela y territorios extracontinentales, intentan cruzar la tupida y peligrosa selva de Darién en su ruta hacia Estados Unidos.
Aunque los gobiernos de Colombia y Panamá buscan controlar la situación poniendo cuotas para el cruce de la frontera, el panorama se agudiza para los miles de migrantes que buscan llegar a salvo al norte y encontrar mejores oportunidades de vida para ellos y sus familias.